El joven fotógrafo húngaro Tamas Dragon cuenta su ciudad, Budapest, a través de la mirada de un recuerdo infantil, percibiendo el espacio mirando hacia arriba. Fascinado por los patios de los edificios antiguos, propone una nueva perspectiva de la arquitectura.
Restaurante renovado en Palermo. Los acabados y los materiales amplifican el brillo
Arquitectura cinética en Finlandia. Un pabellón para la relación entre el hombre y la naturaleza
Casa de madera en el lago St-François. Ambientes relajantes para descubrir gradualmente
Mobiliario urbano en Shanghái. Viejas cabinas telefónicas convertidas en "cápsulas" de descanso