La arquitectura del Hotel Atzavara como diálogo tanto con el espectador como entre los elementos de la composición
La arquitectura del Hotel Atzavara como diálogo tanto con el espectador como entre los elementos de la composición

La arquitectura del Hotel Atzavara como diálogo tanto con el espectador como entre los elementos de la composición

El Hotel Atzavara se concibió como el resultado del diálogo entre un edificio de dimensiones colosales, con más de 200 metros de fachada y 45.000 metros cuadrados construidos, las funciones que alberga en sus espacios y la experiencia del visitante

Según los arquitectos del estudio ISERN associats, encargados del proyecto del Hotel Atzavara en Santa Susanna, Barcelona, la arquitectura debe entenderse como diálogo. Ese diálogo que se establece tanto entre el objeto arquitectónico y el espectador como entre las partes del propio objeto

La arquitectura del Hotel Atzavara como diálogo tanto con el espectador como entre los elementos de la composición

Este principio guía el diseño y garantiza que la arquitectura no intente ocultar la escala del edificio, pero al mismo tiempo habla el lenguaje de la arquitectura moderna “de verano” que tan bien define al Mediterráneo: blanco, cemento, retículas y duelas se organizan en 7 bloques, configurando un mundo propio que permite el paso de la luz, el aire y las vistas panorámicas a través de los huecos entre los volúmenes

La arquitectura del Hotel Atzavara como diálogo tanto con el espectador como entre los elementos de la composición

Además de las habitaciones del hotel, Atzavara alberga en sus amplios espacios varios restaurantes y bares, spas, lugares de relax y reunión que se desarrollan como pequeños escenarios con una escenografía temática. Una escenografía única para cada espacio que no ignora ni el paisaje en el que está inmerso ni su propia personalidad, creando un puente entre la experiencia y el lugar

La arquitectura del Hotel Atzavara como diálogo tanto con el espectador como entre los elementos de la composición

Un hilo invisible conecta cada una de estas escenas: un sendero a lo largo de la costa une todas las experiencias que ofrece el hotel a través del elemento común del paisaje. Así, a lo largo de esta ruta encontraremos la playa, con el encuentro entre el mar y la arena; una pradera de posidonia en el fondo del mar, llena de redes de pescadores; un mercado donde degustar los colores y sabores de los productos frescos; pinares, dunas de arena y agaves…

La arquitectura del Hotel Atzavara como diálogo tanto con el espectador como entre los elementos de la composición

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