En 2009, IB Studio Architects comenzó a desarrollar un proyecto para un cliente privado, un nuevo edificio en uno de los paisajes italianos más espectaculares. Después de más de seis años, IB studio finalmente obtuvo todos los permisos para construirlo.
Nuevas bodegas de Chianti en la Toscana. Estética + Funcionalidad integrada con el Paisaje
Al salir de una colina envolvente que se abre sobre los viñedos circundantes, el proyecto de IB Studio Architects se integra armoniosamente con la estética del paisaje toscano, compartiendo su misticismo.
Mientras tanto, el estudio tuvo que adaptar el concepto a un conjunto complejo y exigente de reglas burocráticas, a menudo en conflicto con los principios estéticos y funcionales. A pesar de este desafío, la determinación del estudio y la calidad del proyecto propuesto finalmente han ganado y el proyecto ha sido autorizado. El proyecto fue galardonado con el Silver Prize del American Architecture Prize en 2016. Para IB Studio Architects fue un sueño largo y silencioso hecho realidad.
La bodega hospeda todo el ciclo de producción del vino, desde las uvas hasta la botella de Chianti Classico. El nuevo edificio alberga áreas de recolección, fermentación, envejecimiento, prensado y filtrado, almacenamiento, envasado, degustación y venta, así como salas técnicas y de servicio y un almacén para maquinaria agrícola.
La fachada principal fue elegida para corresponder a la topografía singular del lugar: un muro de piedra en arco que sigue los niveles del suelo existentes, con un camino elevado en la parte superior. El muro está dividido en cinco partes para abarcar el desarrollo natural de la colina, creciendo desde el nivel inferior y terminando dentro de la colina en su nivel más alto. Las diferentes pasarelas ayudan a los visitantes a caminar alrededor del paisaje circundante desde diferentes perspectivas y todo termina en un jardín escondido que alberga un pabellón de vidrio para áreas de degustación y venta. La única vista sobre los viñedos está enmarcada por los tres arcos. Otros caminos externos conectan las entradas del edificio con los caminos agrícolas existentes, dando flexibilidad a la actividad de los trabajadores.
El jardín es el resultado de dos gestos arquitectónicos simples: la pared arqueada y las áreas de producción subterráneas que se encuentran principalmente en un piso, según lo requiera su función y la topografía misma. Los materiales principales son cemento blanco, piedras locales tradicionales, acabados de latón bruñido y menos, pero no menos importante, una selección de plantas nativas y césped en tonos morados, rojos y amarillos. El jardín escondido alberga una selección de rosas especiales y plantas trepadoras.
La estructura de cemento y los sistemas hidráulicos y mecánicos de alta tecnología completan la combinación única de estética y funcionalidad del edificio.
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