Continuidad visual y táctil entre la arquitectura y su entorno. Vibrante monocromaticidad a la luz del sol
Continuidad visual y táctil entre la arquitectura y su entorno. Vibrante monocromaticidad a la luz del sol

Continuidad visual y táctil entre la arquitectura y su entorno. Vibrante monocromaticidad a la luz del sol

A Isla Arquitectos se les encargó una tarea estimulante: reestructurar una casa que no existe. En otras palabras, transformar el "esqueleto" de una obra en una villa atractiva y original en comparación con el mercado inmobiliario mallorquín, y al mismo tiempo ofrecer un lugar para disfrutar de la isla, su clima y las vistas panorámicas de los viñedos y la Tramuntana

El resultado es una arquitectura que se funde con el paisaje gracias a su materialidad: yeso rústico de color óxido en el exterior; en el interior, cemento del mismo color junto con blanco, cobre y madera natural; el suelo, producido localmente por Huguet, entra y sale de la casa, disolviendo sus límites

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Evocando las influencias árabes locales, la entrada a la villa tiene lugar en una composición arquitectónica "cerrada", que protege el corazón de la casa.
Se abre una gran puerta giratoria del suelo al techo que nos invita a entrar por el pórtico de enfrente

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La entrada, que se desarrolla en torno al patio central, un bosque de cañas atrapado entre dos muros, da acceso a las habitaciones: la de invitados ocupa el primer volumen de la casa y tiene su propio patio; en el ala sur se encuentran los otros dormitorios, gemelos con baño compartido, abiertos al jardín; finalmente, el dormitorio principal que se abre al sur con un gran patio abierto

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La cocina está situada al norte, independiente pero conectada visualmente con el salón, y tiene su propio patio abierto a las montañas gemelas de Alaró. Y, por último, el salón, que se encuentra en la zona más amplia de la casa, se abre a las vistas panorámicas de la montaña y el jardín

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La inclinación asimétrica del tejado permite que se abra más hacia el sur que hacia el norte, protegiendo los grandes ventanales de la incidencia del sol que, a su vez, se abren permitiendo la ventilación cruzada para soportar mejor las altas temperaturas del verano. Una ventana cortada en la pared oeste conecta visualmente con la piscina, permitiendo que los reflejos inunden las vigas del salón

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