Arquitectura y escultura: espacio dibujado entre líneas

El parque de Tamaraceite, diseñado por el arquitecto Héctor Martínez y el escultor Juan E. Correa, genera un imponente espacio poético en el que circulan aire, cielo y tierra, perfectamente integrados en un espacio cohesionado. El parque, situado entre el centro comercial Los Alisios de Las Palmas de Gran Canaria y una autopista, parecía destinado a ser una especie de "tierra de nadie" entre dos no-lugares y, sin embargo, el artista ha conseguido crear una obra que es a la vez parque y escultura

Corrientes es un proyecto que genera un sitio: en el barrio de Tamaraceite no se ha "colocado" una escultura, sino una intervención concebida desde un punto de vista "escultórico" que ha articulado todo el territorio, un referente ejemplar de arte público democrático, un modelo de diálogo fructífero entre lo escultórico y lo arquitectónico, un paradigma renovador en el diseño de espacios de calidad estética que permiten entender cómo convivir

A los ciudadanos se les ofrece un lugar único en el que los elementos metálicos de la escultura suben y bajan, se curvan y casi se anudan, proponiendo recorridos visuales marcados por estructuras angulares, aludiendo quizás a trayectorias excéntricas o sugiriendo líneas de fuga; al mismo tiempo, esta obra pública es un espacio de encuentro, un lugar común en el que todo está pensado, desde el paisajismo hasta la estructura de los caminos, para acoger a los demás 

La "circulación" es, paradójicamente, la sugerencia de que a veces merece la pena detenerse y disfrutar de otras lógicas distintas a las del consumo o la velocidad, mientras que la alusión al aire, una constante en la obra de Juan Correa, no es más que una invocación a una contemplación de lo invisible que, sin embargo, nos permite seguir viviendo. En una época de fobias pandémicas, Corrientes es una especie de "espacio utópico" y un lugar de esperanza