La obra es un homenaje a la icónica estatua de Venus D’Arles. Originalmente, fue un regalo de Julio César a la ciudad de Arles, más tarde, la escultura se perdió hasta que fue encontrada en el siglo XVII en Versalles. La Venus fue el centro de un debate en el Louvre en el que se planteó la cuestión de su ubicación, si debía ser entre las antigüedades o en las galerías del siglo XVII
Homenaje a la antigüedad. Reproducción en yeso de la Venus de Arles entre juegos ocultos
El artista chileno, Sebastian Errazuriz, con esta obra crea provocación en el debate del arte al transformar una estatua de valor inestimable en un diseño funcional, superando los límites de la clasificación y descendiendo deliberadamente a lo banal
El significado del Arte ha sido cuestionado por cada movimiento en la historia del arte. Del mismo modo, el "sacrilegio" que tiene lugar a través de esta pieza investiga el significado del arte a través del tiempo
En primer plano, un intrincado sistema de estantes de caoba, dispuestos en una posición estratégica, rodean y ocultan la estatua de mármol, creando un juego interesante con lo visible y lo invisible. Su función es la de un estante para libros, pero también puede interpretarse como "andamiaje", dando valor al objeto casi como si fuera una escultura antigua bajo protección
El cuerpo fluido de Venus, cubierto y semidesnudo, crea un contraste con los andamios de madera que a primera vista parecen estar dispuestos al azar, pero están cuidadosamente construidos y colocados para acomodar libros y otros objetos. Sebastian logra transformar una pieza de arte en un elemento funcional, combinando las líneas de arte y diseño en una pieza que crea la exposición
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