Mansarda reestructurada en la provincia de Bolonia. Luz y colores entre tonos de blanco

La reestructuración de una mansarda en la zona al pie de las colinas de Bolonia, donde la luz que se filtra a través de las numerosas ventanas y el blanco predominante de los revestimientos y muebles hacen que el espacio sea extremadamente brillante y dilatado

El piso de madera blanqueada, el tablaje del techo tratado con esmaltes de color gris claro y ocre y las paredes blancas, crean una caja que actúa como un paspartú donde se resaltan tanto los muebles diseñados a medida como los muebles industriales

El corazón de la casa es un gran espacio abierto donde se insertan la sala de estar y la cocina con vistas al comedor. La cocina, así como todos los muebles ad hoc, se diseñó como un bloque funcional y plástico que se integra en el contexto. Cada mueble fijo, lacado en blanco opaco, fue hecho a mano por el carpintero en un proyecto específico que se incrustará en los volúmenes arquitectónicos, siguiendo las pendientes del techo. Algunas notas de color pastel rompen el tono general del entorno

En el baño, se eligió un mosaico para el piso con pequeñas teselas hexagonales en color rosa antiguo, una reinterpretación de las viejas paredes de la villa y el estuco azul grisáceo; En el dormitorio, una pared quedó en ladrillo a la vista, solo se desvanecerá su color con esmaltes blancos claros, como un rastro del artefacto original

Para la iluminación general de la casa, se eligió una solución informal jugando con los cables eléctricos y los festones negros de las lámparas colgantes, creando una especie de sutil decoración aérea