En el corazón del parque natural del valle de Logarska, entre los Alpes eslovenos, el boutique hotel de gestión familiar Wellness Plesnik ofrece una vista inolvidable de las majestuosas montañas y una experiencia espacial inmersiva e inusual
La ubicación
El Hotel Plesnik se asoma a lo que muchos consideran uno de los valles glaciares más hermosos de Europa. El impresionante panorama de esta maravilla natural ha sido motivo para invertir en la renovación del centro de bienestar del hotel. Gran parte del espacio del centro de bienestar existente estaba originalmente ocupado por una pequeña piscina de forma orgánica que se abría a una terraza solarium, justo frente al edificio
Juego de volúmenes entre lo antiguo y lo nuevo
Los arquitectos del estudio ENOTA, para recuperar el espacio necesario para las nuevas funciones del centro de bienestar, reemplazaron la piscina existente con un gran jacuzzi circular. Una parte de la estructura de la antigua piscina se utilizó para crear una zona de relajación circular hundida en el suelo, con una gran chimenea central. El solarium se amplió y se equipó con una piscina con filtración natural a través de plantas acuáticas, que con su reflejo, amplifica la belleza circundante.
Formas orgánicas y lineales en contraste
La nueva piscina, diseñada con formas lineales y limpias, actúa como una continuación del edificio, contrastando con las formas del paisaje. Sin embargo, el juego arquitectónico aporta un elemento contemplativo que evoca con su aspecto circular la zona de relajación interior y altera la percepción de los espacios construidos: un espacio para el descanso con un anillo de fuego se abre absurdamente seco entre las aguas cuadradas de la piscina. Desde aquí, los huéspedes pueden quedar encantados por el diálogo interminable entre los elementos
Distribución y materiales del Wellness Plesnik
El nuevo centro de bienestar del hotel ha sido completamente realizado con materiales locales. Las paredes internas curvilíneas fueron un truco necesario para transformar la estructura existente, notablemente torpe y heterogénea. El resultado es un espacio fluido con una disposición relajada de los ambientes que oculta todas las irregularidades y parece terminar en el valle mismo. Las paredes internas revestidas de guijarros también se desbordan hacia el exterior y dividen ópticamente el solarium en tres partes funcionalmente distintas. La fachada es completamente acristalada y sustituye las anteriores ventanas en arco, mejorando la conexión entre el interior y el exterior y reduciendo su impacto en el paisaje, a pesar de la efectiva ampliación del centro de bienestar
