Del olvido a una nueva vida. Restauración de la torre en ruinas del jardín de Villa Carlotta en el Lago de Como

La mampostería está realizada con piedras de río redondeadas de diversos tamaños, unidas entre sí con un mortero a base de cal de buena consistencia que ha resistido ampliamente el paso del tiempo. Algunas partes, reconstruidas con piedras angulares y mortero de mala calidad en la restauración, han sido demolidas y reconstruidas con material idéntico al original. Además, la torre en ruinas contiene algunos frescos en trompe l'oeil que simulan ruinas de mampostería de piedra y ladrillo que también han sido restaurados y estabilizados

En la restauración llevada a cabo por el arquitecto Dario Banaudi, tras la demolición de la parte posterior de la mampostería resquebrajada, se insertó una estructura reticular de vigas de acero fijadas en el interior de la mampostería perimetral para contrarrestar la fuerzas de empuje de la caída. Esta estructura también sostiene un suelo de tablones de madera y vidrio, que se asemeja al que ahora ha desaparecido. 
Tras retirar la capa superior del suelo y parte de la vegetación espontánea presente alrededor y en el interior del edificio, este vuelve por fin a su estado original

El uso previsto para la torre restaurada es que, además de ser un recuerdo de sí misma y de su función en el antiguo jardín, funcione como lugar para pequeñas exposiciones botánicas o artísticas, devolviéndole así la vida en consonancia con el uso cultural y turístico del lugar. También era necesario proteger la parte superior de los muros y el fresco restaurado. Para ello, el proyecto preveía una cubierta de vidrio y acero sostenida por unos soportes fijados a la parte superior de los muros, pero separados del vértice, dejando así perfectamente legible la forma irregular de la corona, en forma de ruinas antiguas

Para dejar el espacio interior libre e intacto, la subida al nivel de la losa se realiza externamente, aprovechando la presencia de una abertura en forma de puerta en un nivel superior, con una escalera de hierro, igualmente calificada a través del material como elemento extraño, y por tanto no mimético ni falso, aunque sí necesario y complementario al uso de la torre. 
Las nuevas puertas están hechas de vidrio de seguridad, sin marcos, y las ventanas están protegidas por cristales interiores, separados del compartimiento, que permiten ver exactamente la forma de ruina que se pretendía en la construcción original