Escuela de infancia entre naturaleza y comunidad
Escuela de infancia entre naturaleza y comunidad

Escuela de infancia entre naturaleza y comunidad

En el corazón de Chienes toma forma una nueva escuela infantil y una guardería que combinan funcionalidad, sostenibilidad y estética. Un edificio de madera, luminoso y acogedor, diseñado para fomentar la autonomía, el movimiento y la socialización, convirtiéndose en un nuevo punto de referencia para la comunidad.

Un nuevo centro para la vida del pueblo

El nuevo complejo escolar diseñado por Roland Baldi Architects nace en la posición estratégica ocupada por el antiguo jardín de infancia, entre la escuela primaria y los espacios públicos del centro. Esta elección refuerza la continuidad urbana y transforma el edificio en un punto de referencia diario. La rampa exterior en zigzag supera el desnivel de cuatro metros y garantiza un acceso sin barreras, conectando el jardín de infancia con la parte alta del pueblo y la iglesia. Una solución simple pero significativa, que confirma cómo incluso los proyectos de arquitectura pueden convertirse en herramientas de inclusión.

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Espacios flexibles para crecer y aprender

La distribución interna responde a las necesidades de los más pequeños: en la planta baja se encuentran el vestíbulo, la sala de movimiento y el guardarropa, pensados como espacios fluidos, de encuentro y juego. Una entrada dedicada conecta directamente con el restaurante para niños, permitiendo a los alumnos de la escuela primaria cercana acceder al comedor sin interferir con las actividades del jardín de infancia. El quiosco exterior sirve como punto de socialización durante los eventos públicos, creando una relación virtuosa entre el edificio y la plaza. En el primer piso, las aulas orientadas hacia el jardín, los talleres y la guardería reciben luz natural gracias a grandes aberturas y disponen de espacios exteriores cubiertos utilizables en todas las estaciones.

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Materiales naturales y diálogo con el entorno

El edificio combina un planta baja de cemento y un primer piso de madera X-lam, coronado por un techo verde que mejora el confort y el rendimiento energético. El revestimiento de madera teñida de rojo-marrón evoca los colores y materiales del centro histórico, mientras que el revestimiento de granito de la planta baja se integra con el muro de piedra de la sala de ensayos cercana. En el interior, abedul, superficies de madera aceitada y muebles a medida crean una atmósfera cálida y protectora. La atención al detalle y a la calidad de los materiales contribuye a definir un lugar acogedor, pensado para el bienestar diario de los niños.

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Sostenibilidad, seguridad y altos estándares

El complejo está construido según el estándar CasaClima A, con bomba de calor aire-agua, ventilación controlada con recuperación de calor y paneles fotovoltaicos integrados en el techo verde. El proyecto, respaldado por el PNRR y conforme al principio DNSH, también aborda temas fundamentales como la protección contra el radón, particularmente relevante en la zona. Una losa de hormigón armado, paneles de vidrio celular y membranas impermeables garantizan la máxima seguridad. Una escuela que no solo acoge, sino que protege, demostrando una visión moderna y responsable de la construcción dedicada a los más pequeños.

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